miércoles, abril 12, 2006

Futuro pesimista para el Perú

Creo que fue -para muchos- el domingo electoral más desganado que hemos tenido los peruanos. Y no es para menos. Lo que si removió un poco los sentimientos, fueron los primeros flashes electorales donde todo el Perú vio los resultados con un (aún sin definir) final de fotografía.

El Partido Aprista y Unidad Nacional continúan con los nervios de punta al no saberse aún quien pasará a la segunda vuelta. Pero parece que va quedando claro quien lo logrará. Ollanta Humala, de UPP, puede respirar tranquilo con el 30% de votos; aunque, no por este resultado, el partido nacionalista mostró una alegría efímera.
Y hay que ser bien iluso pensar que con todas las denuncias en su contra y en un país tradicionalista como el nuestro, el partido nacionalista (UPP) ganaría en primera vuelta.
El rostro de Ollanta Humala, a pesar de la tranquilidad de llegar en primer lugar, no mostraba ese brillo de alegría en los ojos. Fue una sonrisa forzada, quizá también por efecto del malestar en el bochornoso incidente que pasó en los pabellones de la universidad Ricardo Palma. Incidente que me atrevo a dar una opinión:

Por más que una persona tenga acusaciones de todo calibre en su contra, no se le puede insultar y de esa manera como lo hicieron las personas presentes en el local universitario: Le tiraron de todo, desde botellas hasta una zapatilla. Si alguien ha cometido delito y tiene que ser juzgado y procesado, pues en su momento la autoridad se encargará de ello; pero no de esa manera, porque al final eran todos contra el solo, recordando el proceder de los "pirañas", de los "mancheros" de bailes "chicha". Es un ciudadano que fue a emitir su voto y también se le debe tener un respeto. Pero en fin, por la efervescencia vivida en éste último mes de contienda electoral y el desgano y rechazo de la gente no se podía esperar otra cosa.

Después de lo ocurrido, el candidato por UPP convocó a una conferencia de prensa para dar a conocer que los hechos suscitados en aquella universidad fue un boicot en su contra, y que –según dijo- fueron 3 los supuestos realizadores: Unidad Nacional, el Partido Aprista y Alejandro Toledo.
Sinceramente, ¿alguien puede creer que lo que pasó fue un boicot? Esta conferencia si que fue un desliz total de parte del candidato nacionalista y sus allegados. Actitud que violó las normas electorales. Pero de todas maneras sabían que era una estrategia más.

Lo que realmente pasó, fue que al candidato Ollanta Humala le tocó votar en una zona y universidad de clase media, y por ende, gente de inclinación Lourdesista. Si el voto que emitió lo hubiera hecho en un cono, populoso distrito o asentamiento humano, quizá la historia habría sido otra.

Muchos se atreven a decir que Valentín Paniagua debió renunciar para que Lourdes Flores pase a la segunda vuelta (como pasó con Olivera en el 2001). Pienso lo mismo. Pero sin embargo, es un candidato que merece respeto a su participación, y no menosprecio ni disminución de parte de García y Flores. Lo que si era de esperarse es que, de llegar el partido aprista a la segunda vuelta, el Frente de Centro le ofrecería su apoyo. El líder del APRA si que sabe coquetear y enamorar de una manera hipnotizante a la gente y algunos políticos.
Alan García, por ser un lobo viejo en la política (claro está), es un genio para sellar etiquetas a sus candidatos adversarios: "La candidata de los ricos", debió ser el mejor eslogan que se le ocurrió colocar a la lideresa de Unidad Nacional. Etiqueta que cala hondo en un país con más del 50% de pobreza.

Como van las cosas, Unidad Nacional con Lourdes Flores a la cabeza, la ve difícil que remonte el porcentaje de votos por el cual el partido aprista lo supera con más de un punto.
Aunque si de mujeres se trata, Susana Villarán sería –de lejos- la que mejor habría conducido un país como el nuestro, arraigado con un centralismo casi imposible de romper. A mi parecer, sería muy difícil que una mujer gobierne el país y la respuesta es simple: El Perú es un país tradicionalista, individualista y machista en buena parte. Y es una pena. Ilusos los que creyeron que porque Bachelet llegó a la presidencia de Chile, éste reflejo ayudaría a Lourdes Flores. Para empezar, la cultura chilena es, definitivamente, muy diferente que la peruana. Es decir, la primera refleja una democracia e información más completa de parte de sus habitantes (a pesar de su socialismo "Light"), incluso Lagos se fue con el 70% de aprobación. Mientras que la segunda –y es nuestra triste realidad- el ambiente es otro, donde un buen porcentaje de peruanos no escarba la calidad (qué duda cabe) sino todo lo contrario: la pinta, la finta, el bailecito, la televisión basura, el racismo, el chisme barato, el arribismo, el pobre disfrazado y maltratado pidiendo ayuda (poder), donde la noticia del día se basa en que Sucy Díaz da "patadita de suerte" a Tongo, donde el público presente en el programa de Raúl Romero (la gran mayoría) no saben algunos incas y ríos del Perú, pero ya los habrán visto figurar, bailar y cantar. Valiosos votos que se pierden.

Muchos se preguntan por qué el fenómeno Ollanta y la respuesta, en mayor o menor sapiencia, muchos la saben: Provincia se levanta frente al centralismo más claro que existe en un país, donde todos los hilos de gobernabilidad y economía son manejados desde la capital, y que es de toda la vida.
La gente busca y busca políticos de verdad, con convicción de servir a los más necesitados (aunque esto sea algo casi imposible), y están tupidos de los gobernantes de toda la vida; por eso la mayoría de peruanos, cansados de los políticos de siempre -que sinceramente poco o nada hacen por el Perú-, buscan la novedad. Incluso si su padre, madre y hermano de Ollanta Humala no hubiesen dado su opinión, el líder de UPP fácil habría bordeado el 40%. Y es que a la hora de las votaciones, siempre estará presente la gente de provincia. Aquella gente olvidada y que, muchas veces, estuvo (y está) excluida y cargada de una sed de justicia y cambio (de ahí el fuerte nacionalismo en el oriente, centro y sur). Más aún cuando existe un sector (generalmente de la derecha) que llama al otro resentido e ignorante solo porque poseen una inclinación política, y que es la gran mayoría; aunque lamentablemente el candidato, con la plancha que lo acompaña y con el circo que fomenta su familia, no es el elegido para gobernar un país como el nuestro. Pero más que un presidente, lo que se debería es cambiar la manera de pensar de la mayoría de peruanos. Votar por Lourdes (con Woodman, Romero y compañía) significa continuismo e impunidad para las grandes empresas, nacionales y extranjeras; además de regalar el Perú a Chile y al resto de países desarrollados (si llegara pasar a segunda vuelta, claro). Votar por García quizá solo nos devuelva al desastroso y vergonzante pasado de su gobierno. Y Ollanta, con ese equipo sumamente aterrador, con una familia tan radical y con un chavismo venidero, solo traería más inestabilidad al país.

A este paso, quizá en un futuro no muy lejano, resultemos añorando lo que Toledo expresó hace poco: "Hermanos, a pesar de mi baja aprobación a pocos meses de mi culminación como presidente, se que me van a extrañar".

1 comentario:

Anónimo dijo...

puta amdre que aburrido!