jueves, setiembre 28, 2006

México querido, te pareces tanto a mi país


México está molesto. México está triste. Un suceso ha colmado la paciencia de su gente. Pero México no se rinde, tiene esperanza.

Lo que pasó hace unas semanas en México, ha sido uno de los fraudes electorales más grandes de la historia en América Latina (Perú quedó chico en tiempos de Fujimori).

El gobierno, los actuales poderes del estado, los millonarios y las transnacionales se han enterquesido en dar, a como de lugar, al conservador Felipe Calderón como nuevo presidente de México. Un personaje fascista que trabaja y trabajará sólo para favorecer a las grandes compañías enquistadas en el poder y los millonarios que controlan el país, coludidos con los medios de comunicación. Medios que sólo adormecen al pueblo mexicano (Televisa, canal de estrellados, a la cabeza) herido en su cultura e identidad. Lo que pasó en el programa Otro Rollo, emitido por Televisa hace unas semanas, sólo es una de las consecuencias del descontento popular.

No se necesita estar a favor del ex candidato AMLO y ser de mente cerrada para dar ciertas opiniones, es más, hasta existe un DVD dirigido y producido por el cineasta mexicano Luis Mandoki –sí, el mismo de películas como El Secreto, Voces Inocentes y Amapola- que circula en la red sobre la vida y trayectoria de este personaje, pero hasta la terquedad tiene un límite y parece que el poder no. Inclusive los medios de derecha (también peruanos) daban por seguro ganador a López Obrador. Esa elección estaba cantada. Casi nadie protestó cuando se declaró como presidente a Calderón la primera vez, para luego rechazar tal afirmación e ir al conteo voto por voto. El motivo: casi nadie lo quiere como presidente de México. Sólo EEUU y su TLC que ha destruido a la industria mexicana (mientras que a nosotros la televisión nos sigue diciendo que será un "convenio beneficioso" para el Perú), las transnacionales, los hombres más poderosos de México y los medios de comunicación (sobones y comodones). Prensa basura y servil que se la pasó atacando y que sólo sabe recibir ordenes. Qué pena.

Y pensar que alguna vez fueron potencia mundial.

Han machacado la voluntad de un pueblo. Y eso puede costarles muy caro. El cerco continúa. Y continuará.