Cuando algún productor, veterano o principiante, realiza un proyecto fílmico acerca de una banda de rock, generalmente siempre ha tenido la misma etiqueta: imágenes fragmentadas de conciertos, conferencias de prensa, público-fan expresándose, la banda dando declaraciones, logros alcanzados y un sinnúmero de clichés. Filmes muchas veces buenos, otros regulares, "pocos" malos. Y digo "pocos" porque serían muy pocas las veces que un melómano, al ver a una de las bandas que es fiel oyente en un documental, diría "¡Está feo!".
Refiriendome a ello, uno de los últimos filmes que logré ver hace unas semanas, referente a bandas de rock, fue el de los veteranos Flaming Lips: "The Fearless Freaks". Documental musical producido y dirigido por Bradley Beesley, y que encierra los pormenores de la banda de Oklahoma en los últimos 14 años. Aunque el film, por el tiempo en escena, declaraciones y ¿figuretismo y egocentrismo? (caminar sobre el público dentro de una bola de plástico), más parece dedicado a Wayne Coyne –fundador y líder- que a la banda misma.
Beesley, quien es seguidor de la banda desde 1992 y colaborador con algunos videos, ha logrado ser parte de la misma y, cámara en mano, logró captar todo lo referente a ellos: conciertos, ensayos, su roce con las drogas, declaraciones a sus problemas existenciales, la intimidad en sí; donde encontramos imágenes de unos amateurs FL, explorando los "menjunjes prohibidos" de las drogas, ensayando en la cochera o cualquier rincón "apacible" de casa, o jugando fútbol americano de una forma belicosísima, los cuales tenían un equipo: "Fearlees Freaks", de ahí el nombre del film.
Transitan muy jóvenes por distintas bandas y acompañando a otras con nombres que no pude grabar en mi mente. Bandas que nunca he escuchado en mi vida, ni escucharé, posiblemente. Lo cierto es que estos muchachos si vivían el rock a fondo (ruido y espectáculo en escena).
Uno de los momentos más neurálgicos, sin duda, es cuando Steven Drozd (integrante de la banda), realiza un sazonado de heroína para luego introducir la dosis y el efecto hasta el último fondo de sus entrañas y, continuamente, comenzar a tocar el piano, todo ido, de una manera dulce y melancólica.
A lo largo del film me dio la impresión, al ver más en la intimidad a Coyne, de ser un ser sumamente violento; es más, por la forma de hablar, de actuar, de figurar y la sumisión de su esposa al expresarse, inclusive con notorias cicatrices en el rostro, me hacen dudar de la sinceridad y pasividad de Coyne, aunque de hecho puedo (y espero) equivocarme.
Curiosa la escena donde Jack y Meg White (The Withe Stripes), aparecen tocando y cantando "Seven nation army" con un Wayne todo alocado y ensangrentado, y toda la parafernalia que muestra la banda y, sobre todo, el líder de los FL en esos momentos visionarios en el escenario.
El director, al margen de darle un sello memorable en video a una banda con más de 20 años en escena, muestra la intimidad de la misma. Es un film definitivamente íntimo para la banda ochentera de rock psicodélico y para su público seguidor: madres, padres, hijos, esposas, tíos, vecinos, ex-integrantes, productores, músicos amigos (Mercury Rev, White Stripes, Liz Phair), actores (Juliette Lewis, Adam Goldberg, Christina Ricci), fanáticos, allegados, todos transitando y declarando en el documental.
Desde que los FL mostraron al mundo su último y notable disco, "Yoshimi Battles The Pink Robots" (2002), han tomado otra posta, tanto ellos como los que ahora los miran con otros ojos. De hecho, a vísperas de su nuevo trabajo, "At War with The Mystics", la banda tiene nuevos aires.
Esperemos que con su último disco y el film, sean los ingredientes referentes previos para el nuevo disco que se viene (03 de abril), y que, según ellos, dicen que promete; ya que en la participación musical para la banda sonora de la película "Wedding Crashers" –donde también participan bandas como Bloc Party, Death Cab For Cutie, The Sounds, Spoon y Rilo Kiley- más fue la convocatoria de bandas que otra cosa, porque la película solo se vio para el olvido. Aún así, cada uno siempre tendrá su punto de vista.
No le voy a echar alabanzas a este documental, de hecho nunca fuí seguidor de ésta banda, pero The Fearless Freaks es un film que si bien lo podrían etiquetar como uno más del montón dentro de los rockumentales, no se puede comparar e igualar a otros trabajos (al menos a la mayoría), ya que fue realizado por un íntimo de la banda (casi 15 años), con diseños sugestivos, y con sonidos e imágenes bien logradas (recientes y de muchos años atrás) dentro de la carrera musical de los Flaming Lips. Y eso es esencia.
Refiriendome a ello, uno de los últimos filmes que logré ver hace unas semanas, referente a bandas de rock, fue el de los veteranos Flaming Lips: "The Fearless Freaks". Documental musical producido y dirigido por Bradley Beesley, y que encierra los pormenores de la banda de Oklahoma en los últimos 14 años. Aunque el film, por el tiempo en escena, declaraciones y ¿figuretismo y egocentrismo? (caminar sobre el público dentro de una bola de plástico), más parece dedicado a Wayne Coyne –fundador y líder- que a la banda misma.
Beesley, quien es seguidor de la banda desde 1992 y colaborador con algunos videos, ha logrado ser parte de la misma y, cámara en mano, logró captar todo lo referente a ellos: conciertos, ensayos, su roce con las drogas, declaraciones a sus problemas existenciales, la intimidad en sí; donde encontramos imágenes de unos amateurs FL, explorando los "menjunjes prohibidos" de las drogas, ensayando en la cochera o cualquier rincón "apacible" de casa, o jugando fútbol americano de una forma belicosísima, los cuales tenían un equipo: "Fearlees Freaks", de ahí el nombre del film.
Transitan muy jóvenes por distintas bandas y acompañando a otras con nombres que no pude grabar en mi mente. Bandas que nunca he escuchado en mi vida, ni escucharé, posiblemente. Lo cierto es que estos muchachos si vivían el rock a fondo (ruido y espectáculo en escena).
Uno de los momentos más neurálgicos, sin duda, es cuando Steven Drozd (integrante de la banda), realiza un sazonado de heroína para luego introducir la dosis y el efecto hasta el último fondo de sus entrañas y, continuamente, comenzar a tocar el piano, todo ido, de una manera dulce y melancólica.
A lo largo del film me dio la impresión, al ver más en la intimidad a Coyne, de ser un ser sumamente violento; es más, por la forma de hablar, de actuar, de figurar y la sumisión de su esposa al expresarse, inclusive con notorias cicatrices en el rostro, me hacen dudar de la sinceridad y pasividad de Coyne, aunque de hecho puedo (y espero) equivocarme.
Curiosa la escena donde Jack y Meg White (The Withe Stripes), aparecen tocando y cantando "Seven nation army" con un Wayne todo alocado y ensangrentado, y toda la parafernalia que muestra la banda y, sobre todo, el líder de los FL en esos momentos visionarios en el escenario.
El director, al margen de darle un sello memorable en video a una banda con más de 20 años en escena, muestra la intimidad de la misma. Es un film definitivamente íntimo para la banda ochentera de rock psicodélico y para su público seguidor: madres, padres, hijos, esposas, tíos, vecinos, ex-integrantes, productores, músicos amigos (Mercury Rev, White Stripes, Liz Phair), actores (Juliette Lewis, Adam Goldberg, Christina Ricci), fanáticos, allegados, todos transitando y declarando en el documental.
Desde que los FL mostraron al mundo su último y notable disco, "Yoshimi Battles The Pink Robots" (2002), han tomado otra posta, tanto ellos como los que ahora los miran con otros ojos. De hecho, a vísperas de su nuevo trabajo, "At War with The Mystics", la banda tiene nuevos aires.
Esperemos que con su último disco y el film, sean los ingredientes referentes previos para el nuevo disco que se viene (03 de abril), y que, según ellos, dicen que promete; ya que en la participación musical para la banda sonora de la película "Wedding Crashers" –donde también participan bandas como Bloc Party, Death Cab For Cutie, The Sounds, Spoon y Rilo Kiley- más fue la convocatoria de bandas que otra cosa, porque la película solo se vio para el olvido. Aún así, cada uno siempre tendrá su punto de vista.
No le voy a echar alabanzas a este documental, de hecho nunca fuí seguidor de ésta banda, pero The Fearless Freaks es un film que si bien lo podrían etiquetar como uno más del montón dentro de los rockumentales, no se puede comparar e igualar a otros trabajos (al menos a la mayoría), ya que fue realizado por un íntimo de la banda (casi 15 años), con diseños sugestivos, y con sonidos e imágenes bien logradas (recientes y de muchos años atrás) dentro de la carrera musical de los Flaming Lips. Y eso es esencia.
3 comentarios:
ya viste el documental de Las Tabas?
No pero tengo algunos track's.
Están en algo hee.
Ya pueden ver el documental de las tabas en la web:
http://video.google.com/videoplay?docid=3082998118550081113&hl=es
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